domingo, 30 de junio de 2013

Fumadores: verdaderas víctimas de ese estúpido comercio

Pongamos de una vez los puntos sobre las íes. El tabaco no es un derecho, es una aberración, algo que está matando a sus principales defensores, los que se creen (o nos hemos creído) libres de consumirlo o no, estando sometidos a una terrible adicción de la que ni siquiera éramos conscientes. Nos hará daño y se lo hará a los que nos rodean. Mucho. Inconmensurable. Tooodos los estudios, hasta los más sesudos y rigurosos en apariencia son extremadamente optimistas. Y eso que predicen catástrofes. Pero no tienen en cuenta muchísimas variables, por eso no cabe duda de que la realidad es mucho peor. No solo es un factor cancerígeno entre otros, produce muchas enfermedades. Las más graves, respiratorias, cardiovasculares y coronarias. Los antiguos fumadores, con una bombona de oxígeno domiciliario conectada a su boca o con varios by pass en su cuerpo, no se explican qué les está pasando. Muchos aún defienden el tabaco, los más lúcidos se callan abrumados por la culpabilidad. Sí, hemos dicho muchas tonterías, hemos defendido lo indefendible e insultado a quienes no lo merecían. Pero somos las víctimas, nunca los culpables. Nos engañaron.

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QUE NO OS ENGAÑEN A VOSOTROS. ¡LEED!

MANO A MANO - Por tus derechos

No se pueden hacer excepciones en la Ley del tabaco
Los cambios discriminarían a los trabajadores del sector de hostelería, restauración y ocio
jueves, 27 de junio de 2013
UGT rechaza cualquier cambio o “excepción” en la Ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo, ya que supondría un serio paso atrás fundamentalmente porque no existe justificación alguna para su modificación y porque, además, sería una agresión a la salud de los trabajadores y ciudadanos. El sindicato considera que flexibilizar la aplicación de la Ley haría que los trabajadores del sector de hostelería, restauración y ocio, estuvieran expuestos a una contaminación ambiental ocasionada por el humo del tabaco siendo, por tanto, discriminados al no aplicárseles la Ley de Prevención, cuyo objetivo es la protección de la salud de los trabajadores.
La Ley 42/2010 de 30 de diciembre, mal llamada Ley “antitabaco” en España, supuso la prohibición del consumo de tabaco en lugares públicos, algo que ya está adaptado y aceptado en nuestra sociedad, con total satisfacción por parte de los trabajadores en general, y los expuestos al humo del tabaco ambiental, en particular.
La ciudadanía ha entendido que se trata de una medida a favor de la salud pública de todos, ya que el tabaquismo y sus consecuencias para la salud son un grave problema. Según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), desde la puesta en vigor de la Ley, acuden menos asmáticos a urgencias, hay menos enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), e incluso ha disminuido la incidencia del infarto de miocardio.
Ante las recientes manifestaciones por parte de diferentes miembros del gobierno en relación a la posibilidad de “suavizar” o introducir “excepciones” en dicha Ley, UGT quiere manifestar su total rechazo a esas posibles modificaciones, considerando que sería un serio paso atrás en la lucha para prevenir los daños ocasionados por el tabaco.
El tabaco produce distintos tipos de cánceres, y existen diversos estudios que así lo confirman como el publicado en la revista Journal of Clinical Oncology, confirmando que fumar está detrás del 80% de los tumores de pulmón y laringe, y en entre el 20 y el 50% del resto de tumores respiratorios, digestivos y del tracto urinario.
Todo cambio en la Ley, supondría un serio paso atrás porque no existe justificación alguna, y sería una agresión a la salud de los trabajadores y de los ciudadanos. No podemos olvidar los datos escalofriantes facilitados por la OMS que afirman que el tabaquismo es el causante de la muerte cada año de casi 6 millones de personas, de las cuales más de 600.000 son no fumadores/as que mueren por respirar el humo ajeno.
Flexibilizar la aplicación de la Ley haría que los trabajadores del sector de hostelería, restauración y ocio, estuvieran expuestos a una contaminación ambiental ocasionada por el humo del tabaco, existiría, por tanto, una discriminación de los mismos, ya que no se aplicaría la Ley de Prevención, cuyo objetivo es la protección de la salud de los trabajadores. Actualmente, con la Ley, los trabajadores de estos sectores no están expuestos a los riesgos derivados del humo del tabaco, tal y como marcan los principios de la actividad preventiva de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales combatiendo los riesgos en su origen y adoptando medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
Según la OMS el tabaco es responsable del 90% de las muertes por cáncer de pulmón; del 95% de las muertes por EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y del 50% de la mortalidad, por tanto la prohibición de fumar es una cuestión de salud pública. Desde que se implantó la Ley se ha reducido el número de enfermedades ocasionadas por el tabaco, enfermedades que además son muy costosas en lo personal para los ciudadanos que padecen esta adicción y a nivel económico para el SNS.
Si se aplican “excepciones” a la Ley, España sería un país en el que todo tiene cabida incluso la ilegalidad, y donde no habría norma válida alguna, esto se produciría si cada vez que viniera un empresario extranjero con una propuesta de cambio de leyes para beneficiarse, nuestro país aceptara y ajustara las normas a los intereses particulares de su empresa.
El pasado viernes los Ministros de Sanidad de la Unión Europea aprobaron la nueva directiva sobre el tabaco, y desde UGT valoramos positivamente todo paso cuyo objetivo sea prevenir el consumo así como el de proteger la salud pública, especialmente la de los jóvenes. El sindicato se opone a todo cambio en perjuicio de la seguridad y salud de los trabajadores, y se une a la OMS en la estrategia MPOWER que incluye las seis políticas más eficaces que pueden poner freno a la epidemia de tabaco:
·  Monitoring: Vigilar el consumo de tabaco y las políticas de prevención
·  Protecting: Proteger a la población de la exposición al humo de tabaco
·  Offering: Ofrecer ayuda para poder dejar de consumir tabaco
·  Warning: Advertir de los peligros del tabaco
·  Enforcing: Hacer cumplir las prohibiciones sobre publicidad, promoción y patrocinio
·  Raising: Elevar los impuestos al tabaco.


Puedes leer el artículo aquí

viernes, 28 de junio de 2013

Información medioambiental del paciente asmático

Artículo fundamental, publicado con motivo del Día del Asma (primer martes de mayo), no solo para los pacientes asmáticos y sus familiares, sino para la sensibilizar a la población en general de la importancia de mantener el aire limpio. Recuerda además, que NO SABES si eres un asmático en potencia.
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Asma e información medioambiental del paciente

Publicado por el 14 de mayo del 2013.
Artículo de la serie 360º sobre Asmaque se publicará en Inspira a lo largo de los próximos días, con motivo de la celebración del Día Mundial del Asma el 7 de mayo. Esta serie ha contado con la colaboración del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap. En esta entrega, el pediatra Dr. José Antonio Castilla habla de la necesidad de los pacientes de asma de acceder a una información medioambiental fiable para poder evitar los desencadenantes del asma.
Desencadenantes del asma. Foto: AEPap
Desencadenantes del asma. Foto: AEPap
En el asma los síntomas se producen como respuesta a una serie de factores llamados desencadenantes, que están en el medio ambiente donde respira el paciente. Por eso es conveniente conocerlos para evitarlos. El acceso a una información medioambiental fiable es prioritario para el paciente y su familia con objeto de establecer las medidas de evitación oportunas. En este documento mostramos los factores desencadenantes más importantes y como evitarlos
Los desencadenantes del asma
Los preescolares tienen como principal desencadenante a las infecciones respiratorias víricas. En el escolar y adolescente toman preponderancia los aeroalérgenos; sin olvidar el ejercicio. La exposición al humo del tabaco y la contaminación del aire afecta a todos.
Los virus respiratorios son los que con más frecuencia desencadenan síntomas de asma en todas las edades y en los niños menores de dos años causan episodios de sibilancias graves (virus respiratorio sincitial, rinovirus, bocavirus). Estos virus tienen un patrón estacional característico produciendo epidemias en los meses de septiembre a abril.
¿Podemos evitar las infecciones respiratorias? Es difícil porque la transmisión de estas infecciones es alta en los meses fríos al convivir en ambientes cerrados. No obstante es de utilidad la lactancia materna, ventilar el aire de las habitaciones, evitar aglomeraciones como centros comerciales, mantener un ambiente libre de humo de tabaco, lavarse las manos con frecuencia y evitar, en lo posible el contacto con personas resfriadas.
  • El ejercicio
Puede desencadenar una crisis de asma sobre todo si el asma no está bien controlada, no obstante hay que tener presente que los deportes que se realizan en ambientes con aire frío y seco o contaminados (por humos del tráfico o de la industria) tienen más probabilidad de producir síntomas.
Como medidas de evitación de los síntomas por ejercicio se aconseja tener el asma bien contralada, no hacer deporte durante una crisis, antes del ejercicio realizar calentamiento, respirar por la nariz tener las fosas nasales despejadas y respirar utilizando adecuadamente la nariz y la boca. Conviene no hacer ejercicio los días con altos niveles de ozono o alto contenido de polen si se tiene alergia. El asma inducido por ejercicio puede prevenirse inhalando 10 minutos antes del ejercicio broncodilatadores de acción corta (salbutamol, terbutalina).
  • Los aeroalérgenos
Los aeroalérgenos son sustancias que entran en las vías respiratorias provocando una respuesta del organismo llamada reacción alérgica. Los más frecuentes son los ácaros del polvo, pólenes de plantas, epitelios de animales (gato, perro, hámster, cobaya, conejo, caballo, vaca) y hongos de la humedad (alternaria, cladosporium. Las pruebas alérgicas sirven para identificarlos
Los ácaros del polvo doméstico son los aeroalérgenos más frecuentes como desencadenante de asma, rinitis y conjuntivitis alérgica. Viven en el colchón y almohada, alfombras, cortinas, peluches. Como medidas de evitación, se propone el uso de fundas antiácaros (colchón y almohadas), limpieza con aspiradora, retirar del dormitorio alfombras, moquetas, cortinas y peluches que acumulen polvo y reducir la humedad ambiental (no usar humidificadores).
Pólenes. Foto: euroallergy.com
Pólenes. Foto: euroallergy.com
Los pólenes de árboles, arbustos, gramíneas y malezas son los segundos alérgenos más frecuentes en la alergia respiratoria. Son de exterior. Cada persona suele sensibilizarse a los pólenes de la zona donde vive. Cada árbol o planta tiene una época concreta de polinización.
El ciprés poliniza desde enero a junio, el abedul y el platanero de sombra de marzo a mayo. En el mes de abril comienza a florecer el olivo, siendo máxima su polinización en mayo y junio. Luego polinizan las gramíneas salvajes (grama, hierba timotea, dáctilo, espiguilla, etc.) y las cultivables (avena, cebada, centeno, trigo, maíz. Los pacientes polisensibilizados a varios pólenes de árboles, gramíneas y malezas pueden notar síntomas antes de la primavera y no dejar de tenerlos hasta el final del verano o inicio del otoño. Si sólo están sensibilizados a un tipo de polen tendrán síntomas estacionales (mientras dure la polinización). Hay algunas diferencias en la polinización según las diferentes zonas de la península ibérica en la que interviene también las condiciones climatológicas (las frecuentes lluvias limpian el polen atenuando el problema). Cada persona debe conocer el polen que le hace daño e informarse de la situación en el medio ambiente.
La Red Española de Aerobiología publica los niveles de concentración polínica a nivel local. A través de esta información sabrá cuándo el riesgo es mayor y así poder extremar las precauciones para evitar los síntomas. La información está disponible en teletexto, prensa e internet. Se debe evitar las actividades al aire libre los días de máxima polinización (días ventosos, secos y soleados), viajar con las ventanillas del coche cerradas, el aire acondicionado con filtro de polen, cerrar las ventanas del dormitorio por la noche y utilizar gafas de sol.
Entre los animales, el epitelio de gato es muy sensibilizante y a continuación le sigue el del perro. Producen síntomas perennes que pueden durar meses tras retirar la mascota del domicilio. En caso de alergia lo ideal es retirar la mascota del domicilio. Si no es posible: disminuir el contacto con la mascota, manteniéndola fuera del dormitorio y de las habitaciones comunes, lavarla semanalmente, retirar alfombras y moquetas que acumulan residuos orgánicos.
La Alternaria (perteneciente a los hongos) es un alérgeno de exterior. Crece en sustratos del suelo del bosque, madera podrida, compost, etc. Necesita una humedad entre el 75 y 90%, y desencadena síntomas en días de humedad.
Conviene evitar ambientes húmedos como bodegas y graneros, el contacto con hojas o maderas en descomposición. Se deben ventilar las habitaciones húmedas o cerradas, evitar manchas de humedad, evitar humidificadores y limpiar los filtros de aire acondicionado. No tener plantas de interior de mucho riego.
  • La contaminación del aire interior: el humo del tabaco
Tabaco en el interior. Foto: CNPT
Tabaco en el interior. Foto: CNPT
Todos deberíamos poder vivir en un ambiente libre de humo detabaco. El humo de tabaco en niños y adolescentes produce deterioro de la función pulmonar y contribuye a la persistencia y mal control del asma. El tabaquismo materno está relacionado con el síndrome de Muerte Súbita del Lactante, retraso del crecimiento intrauterino, desprendimiento de placenta, prematuridad y reducción de la función pulmonar en lactantes. Aunque se han dictado normas para proteger la infancia del humo del tabaco en lugares públicos, no es suficiente porque dichas normas no se pueden aplicar en los domicilios de los fumadores. Por eso a las madres y padres fumadores se les debe informar de los riesgos y proponerles estrategias de abandono del hábito tabáquico. A los preadolescentes y adolescentes proporcionarles mensajes de prevención del consumo de tabaco y asesoramiento para ayudarles a dejar de fumar.
  • La contaminación del aire exterior
Tiene consecuencias nefastas en la salud humana. Los niveles altos de contaminación del aire aumentan los casos de personas que enferman y mueren por problemas respiratorios. Los niños que viven cerca de carreteras con mucho tráfico tienen más probabilidad de tener asma. Las emisiones de diesel agravan el asma. La contaminación de los espacios de interior puede tener un efecto más grave en el asma que la exposición a contaminantes atmosféricos de exterior.
La legislación española es clara sobre los niveles de contaminación en las ciudades y la necesidad de informar a la sociedad, sin embargo la realidad es que casi nadie se informa de los niveles de contaminación que hay en su ciudad viviendo de espaldas a un problema de salud pública grave. Los medios de prensa sólo se hacen eco de los niveles de contaminación cuando el aire de las ciudades se hace irrespirable. Como ciudadanos tenemos el derecho y la obligación de estar informados de estos niveles de contaminantes en nuestras ciudades
Bibliografía
García-García ML, Calvo C, Falcón A, Pozo F, Pérez-Breña P, De Cea JM et al. Role of emerging respiratory viruses in children with severe acute wheezing. Pediatric Pulmonology 2010; 45(6): 585-91.
Castillo JA. Uso racional de las pruebas diagnósticas: la exploración del niño alérgico. Form Act Pediatr Aten Prim 2009; 2(1): 42-49. E Disponible en url: www.fapap.es/numero-actual?id=3
Moneo Hernández I, Forés Catalá A, Esteller Carceller M. Tabaquismo: papel del Pediatra de Atención Primaria. Disponible en: http://www.aepap.org/grupos/grupo-de-vias-respiratorias/protocolos-del-gvr
Annesi-Maesano I, Hulin M, Lavaud F, Raherison Ch, Kopferschmitt Ch, de Blay F et al. Poor air quality in classrooms related to asthma and rhinitis in primary schoolchildren of the French 6 Cities Study. Thorax 2012; 67: 682-8,
Medio ambiente y asma. Disponible en Respirar. http://www.respirar.org/Observatorio/medio-ambiente-y-asma.html (Fecha de acceso 14-04-2013)
◊ Dr. José Antonio Castillo Laita es Pediatra de Atención Primaria en el Centro de Salud de Fuentes de Ebro (Zaragoza), del Servicio Aragonés de Salud y miembro del Grupo de Vías Respiratorias de la AEPap.

Puedes leer el artículo aquí 

miércoles, 26 de junio de 2013

Los árboles azules 25: Confidencias

Imperceptiblemente nos fuimos alejando. Habíamos doblado la esquina quedando fuera del alcance de los servidores de  la ley. Entonces, en cuanto enfilamos la calleja empedrada, echamos a correr todo lo deprisa que podíamos. Ángel era el único capaz de dar grandes zancadas, el políglota me empujaba por la nuca igual que hacía yo con mi gato. Debido a la escasa libertad de movimientos y a pesar de que íbamos cuesta abajo, nos arrastrábamos los dos penosamente, tanto que mi agresor tuvo que desgañitarse para ordenar al otro que se detuviese y esperase lo que hiciera falta. Me dolía el cuello y empecé a toser. Por fin llegamos a una tasca mugrienta, entramos por una cortina de abalorios y, antes de acostumbrarnos a la oscuridad de la estancia y de poder distinguir claramente las caras de los que se nos quedaban mirando, salimos por la puerta de enfrente a una explanada de losetas, donde habían aparcado un coche gris. Sabino era quien estaba al volante, tenía una colilla pegada a su comisura izquierda pero me sonrió con el resto de la boca. Parecía estar imitando a uno de esos gánsteres que pululaban por Chicago en el cine de los años 40.

-¡Qué gusto verla, Molina! Por fin podemos hablar.

-Déjate de monsergas, Sabino. ¿No decían que estabas muerto?

-¿También a usted se lo han dicho? Jajajaja. Siéntese aquí delante, tengo que contarle muchas cosas.

-¿Es que crees que estoy loca? Yo en ese coche no entro.

Pero vi con el rabillo del ojo una pistola apuntándome.

-¡Venga, mujer! Usted nunca ha sido rebelde. Tengamos la fiesta en paz, ¿le parece bien?

Me acomodé en el asiento del copiloto, pero dejé la puerta abierta y la pierna derecha pisando el suelo con toda la firmeza posible. Nadie se molestó en impedírmelo. 

-Así me gusta. Enseguida se dará cuenta de que lo único sensato es hacerme caso a mí.

-Tú lo que tienes es mucha jeta,

Estaba furiosa. En ese momento me daba igual que me disparasen. No estaba dispuesta a aguantar ni un minuto más las mofas de aquella gentuza.

-Vamos a ver, ¿quiere que le ponga al corriente o no? Con malos modos no llegamos a ningún sitio.

-Lo que quiero es que me lleves dónde está Auko, solo quiero verla, hablar con ella...

-¡Ya! Y asegurarse de que está sana y salva.

Aquello era tan obvio que ni siquiera tuve que asentir.

-¿Verdad que es eso? Pues lo siento, sobre ese particular, no está en nuestra mano complacerla. Auko es muy lista, supongo que sabrá cuidarse, pero nadie puede garantizarlo porque ya no está con nosotros. Se escapó ayer.

-¿Que se escapó?

Me quedé estupefacta pero reaccioné pronto.

-Eso es mentira. ¿Qué habéis hecho con ella? ¿Os la habéis cargado? ¿Eh?

Mientras tanto, los otros dos habían ocupado los asientos de atrás.

-Sal de una vez de aquí, Sabino. Señora, cierre la puerta si quiere. Y, si no, es cosa suya, allá usted cuando se rompa la crisma.

-No seas animal, Saldaña. Tú y Ángel os quedáis aquí, que yo voy a hablar con ella a solas. Cierre usted la puerta, Molina, que nos vamos.
Juan Soriano - Ángel de la guarda
-¿A dónde?- Pregunté con un hilo de voz.

-Dónde usted quiera. A su casa, por ejemplo. Veo que todavía no entiende para qué la necesitamos. Creíamos que Auko se había refugiado en su domicilio y parece que no ha sido así. Hasta ahora. Pero deberíamos estar allí esperándola.

-Ni lo sueñes, chaval. -Tenía que disimular el pánico pero lo cierto es que me temblaban las rodillas.- Auko no es tan tonta, no se le ocurrirá ni acercarse. Tampoco yo voy a llevarte a mi casa, ¿esta claro? Por mucho que te empeñes.

Saldaña y Ángel habían salido del coche por fin, pero no se habían ido, estaban merodeando por allí sin quitarnos ojo ni un momento. Sabino bajó la voz, fingió sonarse la nariz para que no le viesen mover los labios.

-Ellos son los novios de las Tacón.

Me contuve, pero a punto había estado de soltar un improperio. Si teníamos que dar la impresión de estar callados no iba a ser yo quien desmontase la farsa.

En cuanto volvieron la espalda se explayó de una vez:

-El jovencito es un buen muchacho. Por cierto, también él dice ser hijo de Bernardo. Su madre trabajaba en un prostíbulo de Santa Marta. Ya murió. Hace tiempo. Al poco de llegar a España, cuando Ángel era un bebé aún.

-Y Auko ¿qué pinta en todo esto?

-Auko nada, Bernardo sí. Ella se metió en medio de todo. Sencillamente.

-¿Y tú?

-A mí me metieron. Podría salir si quisiera, pero ya es tarde: estoy enamorado de la chinita.

-¿Chinita la llamas? Parece filipina más que otra cosa, pero sus padres son de aquí.

-Lo sé. ¿Y qué con eso? Seguro que un antepasado oriental tiene.

No me podía creer que estuviésemos hablando así, como si fuésemos dos colegas. Desconfiaba de él, por supuesto, pero demostrarlo hubiese sido nefasto. Por otra parte, siempre quedaba un atisbo de duda. ¿Y si no estuviera mintiendo? No creo en espíritus pero estoy convencida de que la telepatía se convertirá dentro de poco en una rama más de la ciencia. La noche anterior había visto manchas de tinta entre las ramas de un árbol azul que flotaba en el fondo de un cántaro. Estaba segura de que el mensaje me lo enviaba la propia Auko: quería avisarme de algo y ese fue el medio que encontró. Me había quedado mirando al frente, donde los dos pasmarotes, sentados en el capó, miraban hacia atrás de vez en cuando para simular que nos vigilaban.

-Sabino, dime la verdad, ¿quién es el muerto?

-Pero bueno, ¿usted es bruja o qué?

(Continuará)

lunes, 24 de junio de 2013

Charlas con Paco Tella: El piloto automático



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-¿Quién dijo qué...?

-Ya sabes, el caracol...

-Calla que se oye.

-¿Quién juega ahora?

-Este.

-Ni hablar, te tocaba a ti.

-Sal.

-Entro.

Brutales golpes del cubilete en la mesa. Tapetes verdes. Charla incongruente. Es la primera vez que acompaño a Cris a la taberna donde Paco juega a no sé qué con sus amigos.

-¿Cuántas veces tienes que aguantar esto?

Ella se apoya en el borde del respaldo, estira las piernas y se masajea las sienes con suavidad.

-La verdad es que no vengo nunca.

-Es insoportable, ¿no?

Entonces me fijo en Paco, con su camiseta blanca, el enorme corpachón inclinado hacia delante y un mechón de pelo flotando sobre su cara. El foco de una alacena rebota en sus ojos que ahora parecen verdes, aunque sé de sobra que siempre han sido castaños Nunca lo he visto así. Mejor dicho, hace muchos años que no tenía esa pinta; pero hoy, por alguna extraña razón, se parece bastante al muchacho que fue. Me doy cuenta de que le estoy mirando con demasiada intensidad, siento un poco de vergüenza y aparto la vista. Ha sido un lapsus tonto y espero que Cristina no se haya dado cuenta.
Está tan interesada en la conversación que mantienen, a nuestra derecha, dos hombres acodados en la barra que no atiende a otra cosa. Tiene la cabeza inclinada y mantiene la vista fija en el suelo, pero yo sé que les está escuchando. Esa noche no podrá dormir, ni ella ni Paco. Los dos me lo contarán después, por separado, seguros de que el otro ni siquiera estaba atendiendo.

El más alto y delgado tenía un cigarrillo en la oreja, el otro sostenía un archivador sobre las rodillas y a veces se tapaba la boca con la mano. Entre eso y el ruido de las fichas, no resultaba fácil seguirles, pero intentaré reproducir la conversación con la mayor fidelidad posible.

-... Sí, el proyecto de boxeador ese. ¿Te has fijado?

-¿El que ha entrado tapándose la boca como si los demás le diésemos asco?

-¡Justo! Eso es lo que digo. Algunos deben de mear agua bendita. Venía tan campante hasta aquí y, en cuanto nos ha visto fumando en la puerta ha pasado como un rayo. Ni que le estuviesen apuntando con un rifle.

-¡Es una auténtica vergüenza! A esos tipos yo les prohibiría entrar en sitios donde hay gente. Por principio. A mí me parecen contagiosos. La mala baba y la prepotencia son como un mal virus, de lo peor que puede haber.

-Y que lo digas.

-Me dan ganas de tropezarme con él, así, como quién no quiere la cosa, y darle una buena hostia en los morros.

-No lo hagas. Dicen que antes combatía, seguro que tiene una mala leche que flipas.

-Pero dicen que está enfermo. ¿Por qué no pruebas tú que eres alto? Así, como si te cayeras encima de él.

-¿Enfermo ese? A ti y a mí nos coge en volandas y nos estrella el uno contra el otro como si fuésemos dos platillos. Y, encima, con la ojeriza que nos tiene por habernos visto fumar... Yo, por mi parte, no pienso tentar a la suerte, pero allá tú. Avisa para que me quite de en medio.

Fue en ese preciso instante cuando noté que Paco les estaba oyendo. Fruncía el ceño y le brillaban los ojos más de la cuenta, pero no movió un solo músculo. Dos días después se sinceraría en secreto conmigo.

-Ni una palabra a Cris. Es muy despistada y seguro que ni se fijó en ellos, pero estaban despellejándome solo porque pasé con precaución.

-Paco, tienes que entenderlo. Ellos no tienen asma, ni siquiera se imaginan lo que es eso. Nunca han oído hablar de un broncoespasmo, no han llevado a nadie a urgencias ni se han conectado a una máquina de oxígeno.

-¿Qué dices? Pero si a esos dos les conozco bien, llevan toda la vida en el barrio. Uno tiene una gestoría y el otro es administrativo en un hospital. Ese por lo menos debería entender un poco, digo yo.

-No necesariamente. Es lo que tú dices siempre: si los médicos no ponen ningún interés en divulgarlo, en televisión o de la forma que haga falta, la gente no se entera. Solo al que le pasa, o el que tiene un familiar con el problema.

-A ver, Molina. No hay mayor sordo que el que no quiere oir. Todo ese tiempo que tuve que prescindir de los bares porque me pasaba el día en urgencias... Fueron cinco años nada menos. Empezó justo cuando sacaron esa ley absurda que ponía en manos de los hosteleros dónde se fumaba y dónde no, yo me tenía que quedar en casita y ellos insistían en tomarse unas cañas conmigo. Nunca fui. ¿Por qué creen que no iba? ¿Por gusto?

-Seguro que de eso ni se acuerdan.

-Y ¿cuando invitaba a casa a los de la partida, ellos incluidos, y venían con la condición de no fumar? Bien que se trasegaban mi jamón y mi vino, entonces no me llamaban fundamentalista.

-Tienes razón. El egoísmo de la gente es enorme.

-¿Egoísmo? ¡Vale! Pero ¿todo ese desprecio? Esa forma de hablar de mí que no les he hecho nunca nada malo. Al revés. ¿Por qué no se molestan en preguntarme qué pasa? Ellos saben que fui un gran fumador desde  pequeño. ¿Voy a ser tan tonto de odiar ahora a los que hacen lo que yo hacía? Han escuchado que estoy enfermo. A lo mejor me ahogo con una sola bocanada de humo, a lo mejor respiro artificialmente, tengo bombona de oxígeno en casa, broncodilatadores y toda la parafernalia completa. A lo mejor una sola bocanada destruye el efecto de tanta medicación.

-O a lo peor, Paco. Pero no te calientes la sangre.

No le conté que Cris estaba mucho más rabiosa que él. No solo había escuchado la conversación mejor que nosotros, además, estaba dispuesta a morderles.

sábado, 22 de junio de 2013

Los árboles azules 24: ¡Peligro!

Joel Corrales - El gran sueño -2010 - (Óleo sobre tela)
Intenté pasar de largo. No parecía difícil. El muchacho no movía un dedo, había quedado cabizbajo y parecía estar contando las baldosas una a una. Aquello no iba conmigo, debía tratarse de un error. Me vino a la cabeza entonces, con todo lujo de detalles, la visión que tuve aquella misma mañana, segundos antes de despertarme: una gran pantalla de cine mostraba frente a mí, en primer plano, unos gruesos barrotes negrísimos, tan negros como la pistola, la soga y el mango del cuchillo que colgaban del techo amenazadoramente. La imagen de Auko, sentada al fondo, parecía haber sido rodada con tonos de los años cuarenta. Me fijé en el pelo, lacio y negrísimo, que le había crecido otra vez, en el azabache intenso de leggings, top y botas, en sus ojos como carbones rasgados. A su alrededor, tanto el trono que la contenía como la lámpara y las molduras del techo se dirían fabricados en oro. La habían encerrado en una jaula a su medida, tan azarosa y en movimiento que rastrearla era casi imposible, anclada a una realidad tan ambigua que impedía saber si ella misma quería que la encontrasen, enmarcada en anécdotas tan estúpidamente banales que siempre quedaba la duda de si estaban vulnerando la ley. 

Solo yo tenía la certeza, no solo de que la habían secuestrado, también de que su vida corría un peligro inminente. Sabino conocía la verdad pero todo indicaba que le habían quitado de en medio. Volví a ser consciente, una vez más, de la necesidad de no perder ni un minuto, también de mi ridícula impotencia.

En cuanto di la espalda al hombre de madera, un pañuelo tirante me tapó la boca, noté como el nudo se cerraba sobre mi nuca con fuerza. Aquello, a menos de diez metros de la comisaría, no podía estar sucediendo. Noté que me ahogaba, vi, como en un espejo, mis ojos, que el terror abría hasta el límite. No se trataba de ninguna fantasía: una mano lo sostenía como un trofeo, vi, reflejado junto al mío, el rostro sonriente.

-¡Ya eres mía! –Masculló.

A pesar de mi angustia, fue inevitable percibir un acento gutural de fondo con suaves notas externas. No pude responder. Hice señas desesperadas de que desanudase el pañuelo. En cuanto me hizo caso, aspiré una gran bocanada de aire.

-¿Qué cree que quiere? Le advierto que se está equivocando.

-Que te estés quieta. Nada más. ¿Has visto lo sencillo que sería liquidarte? Incluso aquí mismo. –Y miró con ironía hacia la puerta.

La comisaría estaba cerrada a cal y canto, nadie parecía reparar en nosotros. Aún así decidí arriesgarme. Ya me tenía en sus manos, no tenía mucho que perder.

-¿Porqué no liberáis a Auko? No hay nada suyo que os pueda interesar.

-Yo con el enemigo no hablo.
 
Egon Shiele (1890 - 1918)
El sujeto, a pesar de su juventud, habría recorrido unos cuantos países. Me pareció reconocer Alemania, también algún país del Este. Hungría quizá, o Bulgaria. Y, entre los de lengua española, Canarias o algún rincón de Sudamérica.

-Precisamente eso es lo que quiero que entiendas. Ni yo ni Auko somos tus enemigas, tus amigas tampoco. Con vosotros, quienquiera que seáis, no tenemos nada que ver.

Tomé apresuradamente nota de sus rasgos: si, por casualidad, salía con vida de allí, tenía que poder describirlo. No demasiado alto, fornido, con una barba tupida tan dorada como su piel, iris de un gris pálido, como dos perlas hostiles, la cabeza cubierta por una gorra azulada, gruesos bíceps que se marcaban bajo la ceñida camiseta. Nunca me había encontrado con un matón a sueldo, solo los había visto en películas y no se parecían mucho a este. Pero eso no quería decir gran cosa, solo que el modelo no suele ser tan fotogénico como su copia. Y que la realidad supera con mucho a la ficción.

Cuando menos lo esperaba, se sumó otro sujeto.

-No tenga miedo señora, este es Ángel. Inofensivo, se lo puedo asegurar. Más que nada, hace juego con su nombre. Venga, tío, no seas fanfarrón. Dile a esta mujer para qué estamos aquí.

Decidí seguirle la corriente.

-¡Encantada! Me llamo Molina. ¿Y usted?

-Pues… yo. Vamos a dejarlo en Demonio. ¡Jajajaja! Así todo queda en su sitio.

Provocaba escalofríos aquella risa.
(Continuar)

jueves, 20 de junio de 2013

La flor más triste

En el rincón más oscuro del restaurante había encontrado refugio la imagen de la desgracia. Su enorme figura se distinguía desde cualquier punto. Con esos lacios mechones blancuzcos desparramándose por su frente, la enorme figura flanqueada por tres bolsos no menos enormes, su aura solitaria y esa charla descarada con cualquiera de los comensales que tenía a su alcance aunque no le hiciese ningún caso, tenía toda la pinta de ser una sin techo con muchos años de vagabundeo a cuestas. Un efecto que inmediatamente desmentían sus palabras, cuidadosamente escogidas, su esmerada pronunciación y la delicadeza con que manejaba los cubiertos. Había inundado la mesa de platos y, como cada uno de sus bocados era tan minúsculo como el anterior, y aunque el local estuviese hasta los topes, era fácil de adivinar que iba a  abandonarlo la última.

Le eche una ojeada distraída y ya no pude dejar de mirarla. De vez en cuando rebuscaba alguna cosa en una de las maletas que había a sus pies o se enjugaba, sin disimulo, una lágrima.

El camarero, un desgarbado adolescente en la cincuentena, ejercía de cómplice ocasional. Adivinando mi curiosidad susurró:

-La conozco. ¿Quiere usted que se la presente?

Mi marido y el de Petri se habían enzarzado en una discusión acerca del penúltimo penalti de un partido celebrado hacía un mes. Ahora es cuando empezaban a ponerse colorados y a subir el tono más de la cuenta, aquel era un ritual que nosotras dos conocíamos bien. Ella bostezaba sin cesar. Como nadie iba a reparar en mi ausencia, me levanté y le seguí.

La anciana, en el límite de su angustia y tras consumir infinitas copas de ajenjo, lloraba ya a moco tendido. El hombre me guiñó un ojo. La vi apretar contra su regazo un gran lirio con la misma ternura que si se tratase de un niño de teta. Todo ese cariño convertía a aquella linda flor rosada en la imagen de una cabeza a punto de separarse del cuerpo.

-Doña Eulalia ¡qué planta tan bonita trae!

-Es para mi hijo. Hace veinticinco años que no le he visto y hoy me quiero hacer una foto con él. Los dos solos, con la planta. Un recuerdo para toda la vida.

-Es preciosa, -intervine yo- y muy grande. Va a quedar muy bien en la foto. Pero tenga cuidado, no vaya a estropearla.

-Descuide. Me la ha dado una señora que he encontrado en la calle y tiene que llegar intacta. Con ella le entrego todo mi amor.

Y sin embargo la estaba destrozando. Hay cariños que matan, pensé.

Woman with Plants - Óleo - Grant Wood (1891-1942)

El mozo hizo ademán de retirarse pero antes colocó sus labios de refilón contra mi oreja y le escuché murmurar:

-Que le cuente de dónde viene. Daba pena a todo el barrio, yo a veces iba a verla aunque no creo que se acuerde. Ni de mí ni de nadie.

-No crea que siempre he sido así. Trabajé muchos años de comercial en una empresa de cosméticos. En aquellos tiempos la mejor de todas. Aún sigue viva pero creo que ha cambiado de nombre.

Nos habíamos quedado solas. Yo allí, de pie como un pasmarote, oculta tras la columna para evitar las burlas de mi gente, Eulalia con el aire reconcentrado de quien no se fija en nada concreto, probablemente explorando en su interior. La lengua, un poco pastosa ya, se soltó definitivamente entonces.

-Él la mató, ahora puedo decirlo; he cumplido la condena íntegra y le he puesto a salvo, ya no hay vuelta atrás ahora. Todavía empuñaba el cuchillo cuando le sorprendí junto al cadáver. Pero aún no había cumplido los veinte, estaba en la flor de la vida y ella se merecía un buen castigo por follar con medio barrio a sus espaldas. No digo que estuviese bien lo que hizo mi hijo pero puedo comprenderle. Al menos en ese momento le entendí muy bien, no podía consentir que le encerrasen solo por haber amado tanto.

El camarero había vuelto de improviso. Escuché su voz a mi espalda.

-Doña Eulalia, ¿sabe usted dónde está ahora Eduardo?

-Sé que tuvo miedo. El juicio fue muy enrevesado y larguísimo. Tardé un siglo en convencerles de que la culpable era yo pero sabía que lo iba a conseguir. Para eso me había gastado todos los ahorros en un abogado de primera. Él anduvo escondido mucho tiempo, luego creo que huyó al extranjero, me han dicho que ahora vive en mi casa. Que es la suya. -Quedó un momento pensativa, cabeceando un poco, parecía borrosa, como si una nube de vapor la rodease. A esas alturas, las palabras emergían chapoteando.- No quiero molestar, por eso he almorzado antes. Hoy le entregaré esta mata con su flor, me lo comeré a besos, y el fotógrafo que he contratado grabará nuestro encuentro para siempre.

martes, 18 de junio de 2013

Asma, alzheimer y apnea del sueño

La apnea del sueño es un transtorno respiratorio que sufren a menudo los fumadores con una larga trayectoria. Estudios recientes alertan de que, no solo es peligroso por el mero hecho de realizar pausas en la respiración mientras se duerme, puede aparejar, además, otros graves transtornos.

Visita mi nuevo blog sobre la cuestión respiratoria: http://charlasconpacotella.blogspot.com


20minutos.es (20.5.2013)

Dos estudios vinculan la apnea del sueño con asma y alzhéimer

La apnea del sueño es un trastorno que supone hacer una o más pausas en la respiración durante el sueño o tener respiraciones superficiales. En quien lo sufre puede suponer más de 30 pausas por hora. Luego, la respiración vuelve ya sea con un ronquido fuerte o con un sonido como si nos atragantásemos.

La apnea del sueño supone dormir mal. De hecho, es una de las principales razones por las cuales una persona puede sentir mucho sueño durante el día. Pero sus consecuencias para la salud son muchas más. Dos nuevos estudios vinculan la apnea del sueño con el asma y el alzhéimer.

La apnea es una de las principales razones por las que se tiene sueño durante el díaInvestigadores de la
Universidad de Wisconsin (Estados Unidos) han identificado al asma como un nuevo factor de riesgo potencial para la apnea obstructiva del sueño. En su estudio, en el que se analizó a unas 1.500 personas desde 1988, encontraron que los pacientes con asma tuvieron 1,7 veces más probabilidades de desarrollar apnea del sueño después de ocho años.

La conexión entre el
asma y la apnea obstructiva del sueño fue aún más fuerte entre los participantes que desarrollaron asma cuando eran niños, ya que la aparición en la infancia el asma se asoció con 2,34 veces la probabilidad de desarrollar apnea del sueño, tal y como se detectó en este estudio.

Los investigadores también descubrieron que la duración del asma afectó las posibilidades de desarrollar apnea del sueño. Por cada incremento de cinco años de duración del asma, las posibilidades de desarrollar apnea obstructiva del sueño después de ocho años aumentaron en un 10%.

Apnea del sueño y alzhéimer

Otra investigación, ha encontrado relación entre la apnea del sueño y el Mal de Alzheimer. Este nuevo estudio, que analiza el riesgo de los trastornos respiratorios del sueño y los marcadores del alzhéimer –en el líquido cefalorraquídeo y por neuroimagen–, se suma al creciente cuerpo de investigaciones que vinculan ambas patologías.

La apnea del sueño se dispara en los ancianos El estudio, dirigido por Ricardo S. Osorio, profesor de la Escuela de Medicina de la
Universidad de Nueva York (EE UU), también plantea la pregunta de si el alzhéimer en sus fases preclínicas también conduce a trastornos del sueño y explicar el aumento de la prevalencia de estos trastornos en el anciano.

La investigación planea probar su hipótesis de que la fase preclínica de lesión cerebral de alzhéimer muy temprana que se asocia con estos biomarcadores pueden dar lugar a trastornos del sueño.

Se trata de determinar la "dirección" de la causalidad entre ambos. "La apnea del sueño se dispara en los ancianos y no se le ha prestado la atención que merece por el mundo del sueño o el mundo del alzhéimer", lamenta Osorio.




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domingo, 16 de junio de 2013

Los árboles azules 23. Presentimiento.


En lo más profundo del sueño escuché una música, como si desde la estratosfera alguien tocase un laúd y las notas que desgranaba cayesen una a una encima de mi frente. Me desperté de golpe y salté de la cama. Tenía el corazón encogido. Algo estaba ocurriendo, algo decisivo, y se me avisaba por vía telepática. Me acerqué a la tinaja de Auko. Ella vino de ahí pero antes había aparecido en la copa de un árbol azul, sin olvidar que su madre atestiguaba que la había parido ella. Arrastré la gran panza de barro a la ventana y miré dentro.
Allá al fondo, un arbolito, cuyas hojas brillaban con reflejos metálicos azulados y negros, titilaba suavemente. Parecía el reflejo de algo que había fuera, pero tapando la boca de la tinaja solo estaba mi ojo. Aquel era un espejo de agua que arrojaba una figura nítida. Arranqué una rama seca de un tiesto y la introduje hasta tocar fondo: la madera salió seca. Decidí acudir de inmediato a la tétrica comisaría por la que ya había pasado hacía tiempo, precisamente el día que Sabino apareció.
-Alguien acaba de morir. –Le espeté al sonámbulo que me escuchaba desde el otro lado de la mesa. Por fin estaba en un despacho. Llevaba dos horas y media suplicando al agente que tuvo la mala suerte de estar esa noche de guardia, luego hablé con cinco o seis personas distintas. No podía contar casi nada, lo que sabía solo podía escucharlo un superior e incluso con él tenía que emplear toda la cautela del mundo.
-¿Cuenta con fuentes fiables, señora? Le advierto que este caso nos está volviendo locos. Está claro que todos ustedes son cómplices. Agresores, víctimas, no hay nada de eso. Una panda de sinvergüenzas que finge un secuestro y constantemente se está inventando daños quién sabe para qué. Han sido nuestra pesadilla de los últimos meses y no estoy dispuesto a consentirlo.
-¡Naturalmente que hay víctimas, inspector, se lo puedo garantizar! Hay dos niños inocentes, una amiga mía que no tiene ni idea de lo que está ocurriendo…
Me lanzó una sonrisa amarga.
-Su amiga. ¡La pobre! No me haga reír. Está viviendo como una reina junto a esos enemigos tan terribles.
-Lo sé.
-Bien ¿Y qué le parece?
-Que no está con ellos por su propia voluntad. Mire, ni siquiera estoy segura de que Bernardo esté secuestrado realmente. Yo tampoco me fío de nadie ya a estas alturas. Estoy de acuerdo en que han organizado un lío terrible y no tengo ni idea de quién es quién. Pero si algo me consta es que los chicos no tienen la culpa de nada, Auko  tampoco, y ahora, además, hay un cadáver que deben descubrir.
Resopló. Parecía infinitamente cansado.
-Usted diga dónde está y ya veré si vamos a recogerlo.
-No lo sé. –Repuse, y mi voz sonó lastimera.
-¿Quién es la víctima? ¿Y el asesino? Vamos, hable.
-Eso tendrán que averiguarlo ustedes.
-¡Por la protuberancia del sagrado unicornio! ¿Será posible? ¿Me queda algo más por oír? Salga usted inmediatamente de aquí o la arresto ahora mismo.
Sus ojos echaban chispas. Alguna vez fueron unos bonitos ojos, todavía lo eran, pero encima de esas enormes bolsas ya no lucían como antes. Lo que más destacaba en su rostro eran los grandes mofletes colorados y una doble papada incipiente.
Me fui corriendo antes de que se arrepintiera y me metiese en la cárcel. Cuando crucé el umbral, todavía con un solo pie en la calle, escuché una voz en sordina.
-Señora.
Alguien, pegado como un palo a la pared, intentaba llamar mi atención.
(Continuará)