martes, 6 de mayo de 2014

6 de mayo: Día Internacional del Asma


El Día del Asma se celebra internacionalmente el primer martes de mayo.

 EL MUNDO
SALUD - Día mundial de la enfermedad
Asma, el fracaso de un control posible y necesario
Las cifras no dejan lugar a dudas. El asma se ha convertido en un problema de salud pública de primer orden, tanto en los países en vías de desarrollo como en los más ricos. Casi la mitad de los niños menores de seis años han sufrido alguna vez en su vida lo que se conoce como sibiliancias o jadeos, una de las expresiones más comunes de la enfermedad.

El asunto es por lo tanto aún más importante en los menores que son, precisamente, los que menos pueden hacer para atajarlo. Porque el problema es doble: los adultos no solo no evitan las causas de la patología, sino que tampoco la manejan adecuadamente cuando se presenta en sus hijos.

Así lo afirman con contundencia, varios estudios publicados hoy en'The Lancet', una de las revistas médicas más importantes del mundo, que acompaña los trabajos con un durísimo editorial que, con el título C'ontrolando el asma', llama a médicos, padres y políticos en implicarse más activamente en la prevención y el manejo de esta enfermedad.

Los trabajos se han publicado con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebra el próximo martes y que incide en su lema, "Tú puedes controlar tu asma", en el mismo mensaje que los autores de los estudios y el editorial.

La polución, especialmente la generada por el tráfico, se confirmó como uno de los factores controlables que más tienen que ver en la incidencia del asma, una enfermedad de causas multifactoriales. Pero el humo de los coches, así como de las fuentes de energía, es sin duda uno de los agentes responsables más importantes. Michael Guarnieri y John Balmes, de la Escuela de Salud Pública de la University of California, San Francisco (EEUU) lo vuelven a demostrar en uno de los estudios que recoge 'The Lancet', en el que revisan todo lo publicado sobre el asunto en los últimos cinco años.

Así, destacan que los contaminantes presentes en el aire causan daño oxidativo a las vías respiratorias, que a su vez provoca inflamación, cambios en la forma de las mismas y un aumento del riesgo de la sensibilización a estos agentes. Sin embargo, afirman que la evidencia sobre la causalidad de distintas partículas en el aumento de los casos de la enfermedad no es uniforme en todas las investigaciones.

Lo que la ciencia sí tiene claro, porque la evidencia científica ha seguido acumulándose en el último lustro es que las exposiciones aunque sean a corto plazo al ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de sulfuro, PM2.5 y la polución asociada al tráfico incrementan el riesgo de exacerbaciones de los síntomas del asma. "Cada vez más datos apuntan a que la exposición a largo plazo a la contaminación aérea, especialmente de los vehículos rodados y su sustituto el dióxido de nitrógeno, puede contribuir a nuevos casos de asma en niños y adultos", escriben los autores de la revisión.

Sin embargo, se necesita más investigación, sobre todo para dilucidar qué componentes exactos del humo que exhalan los coches es más culpable de las exacerbaciones de la patología. En cualquier caso, concluyen los investigadores, mejorar la calidad del aire requiere de importantes esfuerzos por parte de los gobiernos, que tendrán que esforzarse para alejar el apoyo de su economía en el uso de combustibles fósiles. Será un dos por uno, concluyen, ya que esta misma estrategia ayudaría a mitigar los efectos del cambio climático.
Otro de los estudios que recoge la revista británica no pone ya tanto el foco en lo que se puede hacer para evitar la enfermedad sino en cómo controlarla una vez que los niños la padecen. De nuevo, la evidencia científica da un tirón de orejas al manejo de la patología, en este caso por falta de utilización de tratamientos.
A pesar de que está demostrado que una dosis baja pero diaria de corticosteroides inhalados puede prevenir las exacerbaciones de los niños con episodios recurrentes de sibilancias, la mayoría de los niños no reciben este tratamiento, como señalan en su estudio los investigadores dirigidos por Francine Ducharme de la University of Montreal (Canadá). No lo hacen porque los padres no perciben adecuadamente su beneficio, porque los médicos son reticentes a prescribir tratamientos a largo plazo a los más pequeños y porque los padres no cumplen adecuadamente con la medicación, aunque esta sea recetada.
Además, existe preocupación en torno a los efectos secundarios, por ejemplo su posible impacto en un menor crecimiento de los pacientes, a pesar de que este es pequeño y depende mucho del fármaco que se administre. Así, los autores recomiendan una mayor implicación en el control de la enfermedad en los menores, que es también causante de un importante gasto sanitario.
Otro de los trabajos que recoge 'The Lancet' habla de cómo se han reducido los ingresos por asma tras la implantación de la legislación antitabaco, por lo que anima a su universalización.
En definitiva, este especial publicado por el Día Mundial contra el Asma pone el foco en lo mucho que se puede y no se está haciendo para controlar la enfermedad. En manos de los políticos, padres y médicos está que la situación cambie.

Puedes leer el artículo aquí
Visita mi nuevo blog sobre la cuestión respiratoria: http://charlasconpacotella.blogspot.com

2 comentarios:

  1. En general hay falta de información sobre los síntomas. A veces se confunden, no se tratan con el especialista adecuado. Los alergólogos son casi transparentes para la sociedad. De todas formas, no solo es en la contaminación donde hay que poner el foco; la propia naturaleza se ocupa de favorecer las alergias. Andalucía y Murcia son dos regiones donde la incidencia de las alergias es mayor. Muchos investigadores europeos trabajan en estas zonas y no son precisamente las de mayor contaminación ambiental producida por el hombre.
    Creo que es muy interesante que se hable de alergias cada dia.

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  2. Manuel, no toda la alergia produce asma (por ej. las alimenticias o las de piel), pero, sobre todo, no todo el asma es alérgico. Hay un tipo de asma que se denomina intrínseco y que no se trata con antihistamínicos ni admite vacunas, y eso le deja en desventaja frente al otro. Pero lo peor, quizá, es que los desencadenantes que provocan las crisis pueden ser muchísimos y no pueden identificarse con unas pruebas de alergia. Todos los irritantes son potencialmente perjudiciales para los asmáticos: productos químicos fuertes como desinfectantes, pinturas, aguarrás etc., el humo en general y en particular el del tabaco, las partículas microscópicas, entre las que se puede encontrar el polen, pero todo el polen no el de una planta concreta, y también el polvo que levanta una taladradora casera o de una obra de la calle, o una grúa por ejemplo.

    El asma la tratan los neumólogos y las alergias los alergólogos, aunque hay alérgicos que terminan desarrollando un asma persistente y severa y necesitan un neumólogo también.

    Un saludo

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