La
carrera por la construcción de los edificios más altos del mundo ha sido uno de
los indicios más extraordinarios del siglo. Invirtiendo la admonición bíblica
nosotros hemos querido desafiar al cielo, subiendo más arriba de los
campanarios religiosos de antaño y oteando el horizonte con expectativas casi
ilimitadas.
Todos
los grandes protagonistas ideológicos del siglo han estado inmiscuidos en esta
carrera. Misterioso, fantasmal y abominable es el duelo entre Stalin y Hitler
por construir “el edificio más grande del mundo”, duelo nunca materializado por
la guerra y derrumbe posteriores de los grandes totalitarismos. Pero como icono
capitalista, Babel ha llegado a cotas imposibles de imaginar en el siglo XIX:
del Empire State Building a las Twin Towers, mientras Nueva York conservó su
triunfo sobre Moscú y Berlín. Al final, sin embargo, el desbordamiento global
del capitalismo ha hecho acabar el siglo con los rascacielos también gemelos de
Kuala Lumpur y el proyecto, ya ultrababélico, de la torre mundial de São Paulo.
Ráfagas sobre un siglo (1. GRANDEZA Y MISERIA DE BABEL)
en Maldita perfección – Escritos sobre el
sacrificio y la celebración de la belleza (pags. 213- 214) – Rafael
Argullol – Acantilado, 2013
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