martes, 17 de marzo de 2020

Paradise Hills (2019)



 Esta película tenía todas las papeletas para parecerme un bodrio: internado femenino, adolescentes rebeldes, ambiente remilgado y represivo, escenografía kitsch, vestuario retro con toques futuristas, mucho color blanco, mucho jardín florido, elementos art decó por doquier, todo ello concebido para desarrollar un argumento de ciencia-ficción, con lo delicado que es ese género y lo sencillo que es desbarrar a poco que el guionista se salga de madre. Añado que se trata de una producción española, y ahí mis prejuicios alcanzan el punto máximo, pues si detesto el cine juvenil estadounidense, no quiero ni imaginarme hasta qué punto podemos sobrepasar su tontería en este bendito país llamado España.
Paradise Hills es el nombre de la institución para señoritas –una expresión que suena excesivamente anacrónica, incluso más allá de lo vintage, pero es eso precisamente lo que quiero transmitirles– todo lo exclusiva que podamos imaginar, tal como nos muestran las imágenes, ya que desde la primera ojeada no hay duda de que allí se mueven montones de billetes. Alumnas jóvenes, pues, de familias opulentas y naturaleza rebelde a quienes sus respectivas familias pretenden bajar los humos. Ese misterioso lugar dice poseer un método infalible para lograr en dos meses la completa sumisión de sus pupilas, y es el gancho con el que cuenta para atraer a potenciales clientes. Todo esto lo sabremos más adelante, pues el espectador se lo encuentra, a pleno rendimiento, en el momento de la incorporación de Uma (Emma Roberts) la nueva candidata a convertirse en la esperanza de sus papás y en la esposa del prometido que estos le han destinado y que ella, naturalmente, rechaza. A través de las andanzas de Uma, descubrimos los entresijos de ese peculiar reformatorio y acabaremos conociendo el método supuestamente milagroso bajo el que se oculta un plan siniestro e inconfesable. Con este descubrimiento por parte de los espectadores, entra en juego la ciencia-ficción y el argumento se convierte en distópico.
Desde el minuto uno, se nos enfrenta a una escenografía y un vestuario absolutamente intachables, así como un casting en el que encontramos, no solo las fisonomías más adecuadas a cada papel sino una impecable interpretación por parte de todo el elenco. De ahí que olvidar nuestras pautas realistas y sumergirnos en ese clima demencial y pesadillesco no resulte complicado en absoluto.
La trama se desarrolla según el esquema clásico de aventuras. Como pueden ver, se van sumando géneros y más géneros a medida que avanza la acción, pero este hibridismo no es en absoluto una rémora, al contrario, se ve apuntalado y dotado de coherencia por un elemento unificador: la crítica social y feminista. Finalmente, todo ese universo de esplendor va mutando en lobreguez y oscuridad a medida que conocemos los enrevesados procedimientos que rigen en aquel paraíso de pacotilla, pues lo que finalmente importa y conduce al ansiado desenlace es la complicidad de un puñado de chicas enfrentadas al sistema con tesón y toneladas de ingenio. El planteamiento ético es claro, su conclusión quizá demasiado complaciente, aunque no exenta de dramatismo, no solo por lo que muestra sino por la realidad objetiva a la que alude. En realidad se trata de una fábula moderna que disfrutaremos solo si somos capaces de captar su esencia y, por supuesto, de dejar en casa los prejuicios.

Dirección: Alice Waddington
Reparto: Emma Roberts, Danielle Macdonald, Awkwafina, Milla Jovovich, Eiza González, Jeremy Irvine, Arnaud Valois, Hunter Tremayne, Liliana Cabal, Daniel Horvath, Gary Anthony Stennette, Jonny Melville, Julius Cotter, James Giblin, Eric Goode, Gaile Butvilayte, Cooper Crafar. Ricardo Mena, Sarah Ann Shaw, Karina Kolokolchykova
Guion: Brian DeLeeuw, Nacho Vigalondo (Historia: Alice Waddington)
Música: Lucas Vidal
Fotografía: Josu Inchaustegui
País: España
Duración: 95 minutos
Género: Ciencia ficción, Juvenil, Terror, Aventuras, Crítica social
Estreno: 11/10/2019

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