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viernes, 8 de febrero de 2013

La astuta EPOC

Habitualmente, la prensa trae noticias alarmantes sobre la existencia de la EPOC, su relación con el tabaquismo activo y pasivo y las consecuencias que acarrea, pero lo cierto es que casi nadie las lee. No preocupan, parecen exageradas o producto de oscuros intereses. Esto da lugar a que el que la padece no la reconozca y se diagnostique, por lo general, muy tardíamente, en una fase de difícil remedio.

¿Quién va a perder su tiempo leyendo un artículo como este?


LA RAZÓN.es

HUMO Y EPOC
Bartolomé Beltrán

El tabaco es la principal causa de enfermedad y muerte evitable. Infartos, tumores, complicaciones durante el embarazo, problemas respiratorios o disfunción sexual son parte de los daños que este mal hábito ocasiona en nuestra salud. Destaca que entre el 85 y el 90 por ciento de los casos de EPOC son debidos al tabaco y se calcula que entre el 15 y el 20 por ciento de los fumadores desarrollarán esta enfermedad. El doctor Carlos Jiménez Ruiz, coordinador de una normativa pionera sobre tratamiento del tabaquismo en fumadores con EPOC y director del programa de Investigación Integrado de tabaquismo en Separ, ha explicado que el único tratamiento que ha demostrado ser realmente eficaz para detener la EPOC es dejar de fumar. En este punto, destaca la labor pública contra el tabaquismo de la compañía biomédica Pfizer, dirigida por Elvira Sanz, que posee un tratamiento diseñado específicamente para dejar de fumar, vareniclina, una de las opciones más eficaces contra el tabaco, según los expertos. Los estudios revelaron que un 44 por ciento y 43,9 por ciento, respectivamente, de los fumadores que recibieron vareniclina consiguieron dejar de fumar después de 12 semanas de tratamiento.
Diversos estudios han demostrado que los fumadores con EPOC padecen un grado de dependencia física por la nicotina más elevado y un grado de motivación para dejar de fumar más bajo que el resto. La depresión también es frecuente en este grupo de fumadores, en un 40 por ciento de los casos. Separ propone que el abordaje del tabaquismo sea distinto en los fumadores con EPOC de reciente diagnóstico, fumadores que no sabían que padecían la enfermedad, y en los fumadores que sufren una EPOC previamente diagnosticada y que continúan fumando a pesar de saberlo.
(Puedes leer el artículo aquí)

Sin embargo, y a pesar de que nos suene a chino, es fundamental conocer estos datos ya que el 10.5 por ciento de la población española entre los 40 y los 80 años padece la enfermedad. Deberíamos estar alerta y realizar acciones preventivas, tanto hacia nosotros mismos como en nuestro entorno, para atajarla o descartarla.

Quién prefiera una información más completa y detallada de la patología, la encontrará en páginas como esta.

Y aquí, Andrés de Rous, neumólogo afincado en Berlín, nos desvela algunas claves.



Finalmente, si padeces ya la enfermedad, este artículo presenta algunos consejos que pueden ser de tu interés.

Disfruta de la vida pero ¡¡CUÍDATE!!

Visita mi nuevo blog sobre la cuestión respiratoria: http://charlasconpacotella.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Yo he ocupado -que no perdido- mi tiempo leyendo este artículo. Dejé de fumar en junio del año pasado, después de innumerables intentos, afortunadamente sin llegar a padecer esta enfermedad: simplemente decidí que los 45 era el límite. Un saludo.

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  2. Hola Juan, gracias por tu tiempo. Tomaste una de las mejores decisiones mejores de tu vida, sean cuales sean el resto de las que hayas tomado. Tú y cualquiera que haya dejado de fumar. No me hace falta conocer a la persona: me consta que es así.

    Esta cuestión de la EPOC debería divulgarse ampliamente. Porque hay mucha gente afectada, porque eso nos convencería de que la limpieza básica del ambiente es vital para todos y porque es una plaga terrible que va en aumento. Intento poner mi grano de arena pero voy contra corriente: Los afectados son antiguos fumadores que, al sentirse culpables, no dicen ni "mú", a los profesionales informados se los comen los intereses creados, y el resto del mundo nada en la ignorancia.

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