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martes, 10 de junio de 2014

La enfermedad respiratoria más mortífera del mundo

¿Alguna vez pasará por aquí un neumólogo y, leyendo esta recopilación de artículos, o la serie de Paco Tella, se convencerá de la importancia de divulgar estas cuestiones?

Verá, doctor, determinadas instituciones están muy interesadas en concienciar a la sociedad sobre los desastres del cáncer de mama, del colesterol y otras muchas patologías. ¿Porqué no se habla claro de lo que significa la EPOC y otras enfermedades respiratorias, a veces prevenibles y siempre controlables, como el asma?

1) Las otras dos necesitan una prevención por parte de los futuros pacientes, la EPOC más: pregunten a los fumadores si tienen la más ligera idea de lo que les espera en caso de que les toque la china. Yo lo he hecho y les aseguro que no, toda esa campaña de las etiquetas en los paquetes de tabaco es una ridícula manera de afianzar más aún su idea de que son víctimas de un ataque masivo.

2) Tanto el cáncer como las cardiopatías necesitan que la sociedad se conciencie. Pues no veo la razón, al menos no más que el resto de problemas de salud. Los enfermos respiratorios, en cambio, están a merced de lo que arrojan al ambiente sus semejantes. Los fumadores y responsables de ciudades y edificios tendrían mucho más cuidado con lo que se arroja al aire que respiramos todos (aerosoles, partículas procedentes de taladradoras y radiales, pinturas, productos de limpieza y químicos en general, hogueras etc). Y, en cualquier caso, no manifestarían ninguna provocadora extrañeza cuando un enfermo concienciado se aleja de aquello que le asfixia.

Señor neumólogo que lee esto, por favor, ayúdeme a divulgar la existencia de una realidad tan espantosa. La gente lee poco pero ve la televisión. Promuevan reportajes en los que se detallen las circunstancias de estos enfermos y expliquen por qué están así.

Millones de gracias.


Visita mi nuevo blog sobre la cuestión respiratoria: http://charlasconpacotella.blogspot.com

EPOC, la enfermedad respiratoria más mortífera del mundo

Por Monica De Haro - Salud y bienestarjue, 5 jun 2014

Prestar poca atención a ciertos síntomas asociarlos a la edad o a ciertos hábitos de consumo como el tabaquismo puede tener consecuencias graves en el futuro. Y es que hay cosas que no deben tomarse a la ligera. Por ejemplo, la falta de aire (disnea), la expectoración y la tos son los principales factores indicativos de que sufres la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cuya gravedad incluye la limitación persistente del flujo de aire.
Es una patología del sistema respiratorio que provoca la obstrucción de las vías respiratorias inferiores (tráquea, bronquios, bronquiolos y alvéolos) y que se desarrolla de manera lenta y progresiva, desencadenando una disminución irreversible de la función respiratoria, pues la entrada del flujo aéreo en los pulmones se ve reducida.

Además, suele estar asociada a una respuesta inflamatoria intensificada crónica a las partículas o los gases nocivos presentes en los pulmones. Y lo cierto es que los datos sobre las personas que la sufren son cuando menos alarmantes. En España mueren al año 18.000 personas afectadas por EPOC y se calcula que esta enfermedad afecta a unos 210 millones de personas en todo el mundo, incidencia que en 2030 podría situarla como la tercera causa de muerte en todo el planeta.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, las enfermedades respiratorias ya son la tercera causa de muerte en España, y aunque
se considere una enfermedad propia de las personas mayores, las investigaciones han demostrado que el 50 por ciento de pacientes con EPOC son menores de 65 años, ciudadanos que claramente se encuentran en el mejor momento de su vida y de su carrera profesional.


El principal factor de riesgo ambiental para el desarrollo de la EPOC es la exposición al humo del tabaco, tanto que hasta el 95 por ciento de los pacientes que la padecen son fumadores. Otros factores de riesgo son la contaminación atmosférica, el deterioro del desarrollo pulmonar, los factores genéticos y la exposición a productos químicos y partículas nocivas (polvos orgánicos e inorgánicos, agentes químicos y vapores).

Por otra parte, es frecuente que la EPOC cause ansiedad, ocasionando un sentimiento de aislamiento que lleva a los afectados a evitar las actividades sociales o cotidianas. Sin embargo, no todo es malo, ya que la EPOC es prevenible y puede ser tratada en la actualidad.

La prueba más fiable para confirmar esta enfermedad es la espirometría, que sirve para medir cómo una persona inhala o exhala volúmenes de aire en función del tiempo, lo que le permite comprobar de la manera más reproducible, estandarizada y objetiva posible su limitación del flujo aéreo.

Y por último, el tratamiento farmacológico ayuda a prevenir y controlar los síntomas, a reducir la frecuencia y la gravedad de las exacerbaciones, así como a mejorar el estado de salud y la tolerancia al ejercicio.

Asimismo, se trata de una patología crónica, por lo que sus principales síntomas (disnea, fatiga y limitación al ejercicio) persisten en el tiempo y afectan al desarrollo normal de la actividad diaria. En este sentido, cabe aclarar que estos síntomas no son uniformes, sino que son peores durante las primeras horas del día y pueden impedir realizar determinadas actividades como subir y bajar escaleras, vestirse y ducharse o bañarse.


Puedes leer el artículo aquí

2 comentarios:

  1. Sí, tienes razón, no creo que las desagradables imágenes de las cajetillas hagan mucho por concienciar a las personas de los riesgos que corren.

    Deberían dar voz y publicidad a las historias reales de las personas que sufren EPOC.

    Imagino la angustia, sólo experimento una especie de ahogo con el polen de los plátanos ornamentales, y me asusta un montón.

    Por suerte mi historia con el tabaco ya terminó, pero vivo en una ciudad muy contaminada.

    Muchas gracias por esta difusión e información que nos traes.

    Un beso,

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  2. Jeje. Soy como una hormiguita intentando levantar sola un rascacielos. Pero hay gente que lee mis post de salud, lo sé, así que ¿porqué no va a pasar por aquí un cirujano, por ejemplo, y a la tarde va y se lo cuenta a su amigo el neumólogo?

    Puff!! No pierdo la manía de contar historias, pero soy optimista y de ilusión también se vive.

    (Si el ahogo es de pecho, no de nariz, puede ser asma alérgica, ¡cuidate!)

    Besos

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