Empezamos año, el mejor
momento para los propósitos. No solo los propios, también es tradición
formular deseos que no está en nuestra mano satisfacer. El pasado día de Reyes,
y si en mano del sufrido ciudadano estuviese, a nuestros políticos les habrían dejado
los zapatos repletos de carbón hasta los topes.
Hace
unos días encontré un artículo que era a la vez un desafío a los lectores:
proponía cinco medidas que el partido vencedor en las próximas urnas deberá
asegurar a los votantes. Lo firmaba Soledad Gallego Díaz y puede leerse aquí
Es este:
1. Pondrá en marcha una
comisión de personalidades independientes, con medios y autoridad para
investigar cuánto dinero público se ha empleado en el rescate de las entidades
financieras quebradas y por qué seremos el único país en el que los ciudadanos
no recuperarán esa cantidad.
2. Incluirá en los
cuadros macroeconómicos, juntos a los datos ya clásicos, como la inflación o el
déficit, un índice que refleje la evolución de la desigualdad social.
3. Se comprometerá a
imponer una transparencia efectiva en el sistema de partidos políticos y se
aplicará a sí mismo una rigurosa moralidad pública, ofreciendo la inmediata
dimisión de cualquier cargo público sospechoso, no ya de delito, sino de mala
práctica.
4. Volverá a establecer
una ley de plazos para la interrupción voluntaria del embarazo, de manera que
fije claramente hasta qué semana una mujer puede decidir abortar.
5. Pactará una ley de
educación a fin de que se comprometa su aplicación durante legislaturas de
diferente signo político. La ley estará dotada de los medios necesarios para
garantizar la efectiva igualdad de oportunidades. De la misma forma,
garantizará un sistema de sanidad universal, pagado con impuestos.
Soledad ha lanzado el guante y
yo ¡cómo no! lo he recogido. Mis cinco puntos para añadir a los suyos son
estos:
1.
Establecimiento de un nuevo orden de cosas que regule y mejore el antiguo
estado del bienestar, negándonos a seguir las directrices de los
especuladores/yonkis del juego legal de Europa, también llamados mercados financieros.
2.
Referéndum general orientado a decidir si la Constitución española se modifica
o no en lo relativo a la cuestión autonómica y, en caso afirmativo, si los
españoles queremos atribuir más o menos competencias o modificar la situación
de alguna región con respecto al estado.
3. Un segundo referéndum que
resuelva si continuamos con la monarquía o implantamos otra vez la república.
4.
Desaparición de las ventajas fiscales, subvenciones y todo tipo de prebendas a
las iglesias. A todas. Sus religiones que las paguen ellos.
5.
Propuesta de nuestro gobierno (no de este, claro, del próximo), ante la ONU y
con alcance internacional, para ilegalizar definitivamente los paraísos
fiscales. Sin excepciones, radicalmente, con exhaustivos controles policiales,
severos castigos para el que intente saltarse las normas y ninguna concesión a
la picaresca.
Llevo dos días intentando quitar estas espantosas tiras blancas. No hay forma, en el borrador no aparecen, solo en la página. Para mí, que esto es CENSURA: me ha pasado un par de veces más y ¡qué casualidad! siempre en un artículo POLÉMICO.
¡¡¡LAGARTO, LAGARTO!!!
Es una buena lista, aunque creo que si no interceden los Reyes Magos, o el Hada buena, pocas posibilidades hay de que podamos disfrutar de una vida política con más higiene y menos amor a la Casta.
ResponderEliminarHas ido a parar a la función sombrear texto, por eso sale así remarcado, hay que desactivarlo si quieres que vuelva a su ser.
Un abrazo
Muchas gracias, Amaltea. Conscientemente no he activado nada. Sí, ya sé que todo es muy utópico pero he completado la lista de Soledad Gallego con mis propias propuestas. Individualmente, lo que nos queda es poner cuestiones utópicas sobre el tapete, tampoco podemos hacer mucho más.
ResponderEliminarBesos
La función que has activado (seguro que es lo que dice Amaltea) puedes habértela traído arrastrada con el texto de Gallego Díaz, si lo has copiado de algún sitio. No te preocupes, queda muy mono. Los blogs a menudo te hacen estas jugadas.
ResponderEliminarLas listas me gustan bastante y, en cierto modo, se complementan. Está claro que aquí todos queremos que la cosa cambie bastante, pero me temo que nos han metido ya la continuidad con calzador. el poder en España es muy poco democrático. Vuestras listas miran hacia los programas electorales futuros. Yo hice una especie de reflexión en la que luego ponía una lista que miraba hacia los historiales pasados de los partidos. Me la publicó Patricia aquí:
http://elballetdelaspalabras.blogspot.com.es/2013/08/ya-esta-aqui-la-sorpresa-prometida.html
Bueno, vale, probablemente será eso. Pero después de leer el comentario de Amaltea he vuelto a luchar a brazo partido en Word y en el blog y nada. (Y solo me ha pasado esta vez y cuando pongo a parir al tabaco)
ResponderEliminarPor supuesto, estoy de acuerdo con lo que dices en El ballet. Pero yo lo planteo más bien como un asunto de incultura y tú como inconsecuencia. Eso también, pero pienso que es una excepción, en cambio hay mucha gente que no sabe de ideologías, cuya cultura política es cero y que no va a aprender nada que no pongan en la tele. Lamentablemente, es la mayoría: gente muy joven, muy mayor o que no lee ni ha leído jamás se cuentan por miles todavía en España. A mí me parece que una democracia -suponiendo que cumpliese los demás requisitos, que tampoco- es de lo más endeble si la gente se guía por lo foto o por el que más grita en el debate televisado o los mítines. Y es lo que hay, si te pones a preguntar por la calle a lo máximo que llegan es que "todos son iguales". Que puede ser igual con matices, sobre todo en algunos momentos. Pero si no discriminamos ya no nos queda ni el voto. Así nos va, los que votarían como yo si supieran lo que se están jugando van y se abstienen.
¡¡¡Cultura política en los botes de leche, YA!!! (Jejejeje)