lunes, 12 de marzo de 2018

Rodaballos salvajes (Marzo, mes de la mujer)

¿Pagafantas? ¿De dónde habéis sacado ese palabro?

La excusa de los hombres machistas para menospreciar a las mujeres es que les hacemos de menos por querer tenerlos como amigos, y es que, no solo no aceptan un no por respuesta, tampoco pueden imaginar una amistad con una mujer sin sentirse algo así como menos hombres. No piensan que tengamos algo, o mucho, que aportarles, que pueden salir enriquecidos, que ambos podemos aprender mucho y disfrutar de la mutua compañía. Por eso han inventado esa odiosa palabra: pagafantas. Perdona, no hace falta que me pagues la fanta ni el nestee, no estoy a tu lado para que me pagues nada sino para compartir cosas. Sí, créetelo, por muy macho que seas, con una mujer puedes compartir muchas cosas que no sean sexo. En cuanto a esos hombres se les meta esto en la cabeza, automáticamente, se reducirá el abismo entre los géneros, nos entenderemos mejor, nos enriqueceremos mutuamente y hasta comprenderemos con más facilidad a nuestras parejas. Es dcir, la vida sería mucho más fácil si no nos la complicásemos tanto.
8 de marzo de 2018: Día de la Mujer

Yo me pago las fantas, los cubatas y el pincho de tortilla

Toda esa memez del pagafantas viene porque algunos:
  1. Se sienten ofendidos ante cualquier negativa nuestra a sus proposiciones afectivo-sexuales, juntas o por separado. Ellos pueden elegir, nosotras tenemos la obligación de sentirnos halagadas.
  2. Una mujer es un ente de segunda categoría y, por tanto, no es digna de disfrutar de la amistad de un varón. Nuestro mundo es estrecho y mezquino, el suyo amplio y fascinante. Aunque tengamos más estudios, un cargo de mayor responsabilidad que el suyo, más viajes, más experiencias, más de todo, nuestro mundo es femenino porque somos mujeres y por tanto nuestro cerebro se supone de nivel inferior al suyo.
  3. Y si, por casualidad, les demostramos que tenemos curiosidad por la vida, estamos informadas, nos interesa la ciencia, la sociedad que nos rodea, tenemos opiniones consolidadas etc. entonces ven amenazada su hombría, ponen cara de pánico y salen corriendo. Es cuando se enteran de que no tienen que pagar ninguna fanta, y eso es lo que les aterra en realidad. Pero ni la hombría consiste en situarse en un nivel superior ni es tan frágil como para verse amenazada cada vez que una mujer aporta un dato que ignoran. La hombría es algo biológico: una simple combinación de hormonas, cromosomas y órganos sexuales. Si nosotras no hemos visto amenazada nuestra feminidad por estudiar una carrera o triunfar en los negocios, si al mirarnos al espejo no apreciamos ningún cambio físico, si nos encontramos igual de femeninas que antes, es de suponer que el cromosoma Y no se va a sustituir por una X cada vez que una chica demuestre que conoce la tabla periódica.

Se avecinan grandes cambios

Esto no puede seguir como hasta ahora. Cueste lo que cueste, hay que luchar para cambiar esa mentalidad absurda y alienante. Si hacemos caso a esos remoquetes, si nos influyen los esquemas con que pretenden imponer su santa voluntad, si consiguen que nos sintamos acomplejadas, que nos menospreciemos a nosotras mismas, que hagamos lo que hagamos seamos las culpables de todo [si te gusta el sexo eres una fresca, si no te gusta alguien, una estrecha, si decides no continuar lo empezado, una calientabraguetas, si te resistes, carne de cañón, si denuncias, una mentirosa], seguiremos siendo pez de piscifactoría. Y de eso nada, nacimos rodaballos salvajes y lo seguiremos siendo a toda costa, pese a quien pese. Ya no hay quien nos pare: lo mejor es que os unáis a nosotras en vez de seguir compitiendo.

lunes, 5 de marzo de 2018

La forma del agua – The Shape of Water (2017)

Imagen relacionada

Un poema de amor en imágenes envuelto en acusaciones de plagio

La polémica

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Como sabrán, esta película, al haber obtenido trece nominaciones, se perfila como la candidata el Oscar con más posibilidades de triunfar. Pero un nubarrón se cierne en el horizonte: la acusación de plagio interpuesta por David Zindel, hijo del supuesto autor del argumento. Según la demanda, la obra teatral Let Me Hear You Whisper (Deja que escuche tus susurros), de Paul Zindel (premio Pulitzer 1971),  adaptada para la televisión en 1990, “narra la historia de una conserje solitaria que trabaja en el turno de noche de un laboratorio científico que realiza experimentos con animales para uso militar. Ella se siente fascinada por una fantástica criatura acuática inteligente, encerrada en un tanque de cristal. Al sonido de una antigua música romántica procedente de un tocadiscos, crea un lazo profundo y amoroso con la criatura, descubriendo que esta puede comunicarse, pero decide hacerlo solo con ella”.Ni que decir tiene que esto es, punto por punto, lo que sucede en La forma del agua. Solo faltaría uno de los elementos centrales: la mudez de la protagonista. De las tramas secundarias, en cambio, se puede prescindir sin que se altere demasiado el contenido. Lo fundamental es la historia de amor, repleta de ingredientes fantásticos, y el milagro de la comunicación entre dos seres aislados que encuentran un canal afectivo y otro semántico –estrechamente ligados entre sí –para entenderse. Un entendimiento todo lo rudimentario que se quiera pero suficiente para cubrir las necesidades sentimentales y expresivas de ambos individuos.Del Toro se escuda en su reputación intachable, forjada en veinticinco años de actividad como cineasta, y reconociendo influencias distintas de la señalada por el demandante. En concreto, de Creature from the Black Lagoon (La mujer y el monstruo) debido a la impresión que le produjo siendo niño y que motivó un antiguo proyecto de remake, finalmente fallido pues no convenció a la productora. 
Escribo el día antes de la ceremonia de los Oscar. No sé cuál de las favoritas resultará triunfadora o si se producirá alguna sorpresa. Cuando ustedes lean esto, ya conocerán el resultado, pero ahora mismo el dilema se encuentra entre dos opciones: si el hecho de presentarse al premio con una acusación de plagio sobre la espalda supondrá un lastre para la película y/o su director, Guillermo del Toro o sucederá justamente lo contrario. La solución no es tan fácil como parece a primera vista, pues la experiencia nos demuestra que pequeños y grandes escándalos sirven para visibilizar un producto que había pasado desapercibido hasta entonces e incluso para convertir creaciones con cierta popularidad previa en auténticas bombas mediáticas.

Argumento

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Hacia 1963, Elisa trabaja como limpiadora en un laboratorio espacial secreto. Nos encontramos en plena época de la Guerra Fría cuando la competición entre Rusia y Estados Unidos por el dominio del espacio exterior se encontraba en todo su apogeo. A pesar de todas las precauciones, descubre la existencia de un homúnculo anfibio, objeto de un experimento que debe acabar con su lanzamiento a bordo de un cohete, se apiada de él y establece contacto personal descubriendo al otro lado indicios de inteligencia. Poco a poco, se van enamorando y ella concibe un plan para salvarle en el que colaborará su compañera de trabajo, un amigo incondicional y uno de los militares de la institución.  

Mi punto de vista

Se ha dicho que la subtrama histórica enlaza mal con la historia de amor. Yo las encuentro perfectamente imbricadas, al contrario de los que sucedía en El laberinto del fauno que, a pesar de todo su prestigio, siempre me ha parecido un pastiche que no consigue aglutinar los dos mundos, el fantástico y el ambientado en la guerra civil española. Es curioso que, además de recurrir a su conocido y reconocido universo de fantasía repleto de elementos oníricos y con una ambientación tan espectacular como de costumbre, los mimbres historia/fantasía utilizados en las dos sean exactamente los mismos.La estética de ese ser de fábula me parece una amalgama de influencias previas. Personalmente, me recuerda a los personajes de Avatar, a Spiderman y, en general, a toda una colección de personajes de comic, cuyas recíprocas relaciones son conocidas por todos. En cuanto a la película en sí, se diría que Del Toro, lo reconozca o no, ha buceado en la historia del cine para seleccionar un conjunto de elementos que ha combinado a su manera para ofrecer una historia que, por mucho que se intente vender como personal e intransferible, produce una incuestionable sensación de déjà vu.
Resultado de imagen de el surrealismo de la forma del aguaTanto en este como en films anteriores, el cineasta maneja una serie de símbolos surrealistas como vehículo para transmitir sus mensajes. En este caso, los mecanismos para superar la incomunicación se convierten en el elemento central, acompañados de otras cuestiones éticas, como la discriminación del más débil, el coraje que hace falta para superar obstáculos, la fuerza de la amistad, la dura lucha entre mal y bien etc.Los actores realizan un trabajo correcto en una cinta sin mayores dificultades. A excepción de Sally Hawkins interpretando a la muda Elisa, un papel que destacaría especialmente pues el personaje corría el riesgo de resultar anodino y es su talento quien lo dota de múltiples matices convirtiéndolo en un sujeto con entidad propia, compleja e intransferible.
La banda sonora -merecedora de un Globo de Oro–, al adaptarse como un guante a los vericuetos del relato, va adquiriendo ese halo romántico y un punto solemne que cuadra perfectamente con la espectacular escenografía y la creciente tensión dramática que tiene lugar en la pantalla.

Nacionalidad: Estadounidense

Dirección: Guillermo del Toro

Guion: Guillermo del Toro, Vanessa Taylor

Reparto: Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon, Octavia Spencer, Richard Jenkins, Michael Stuhlbarg, Lauren Lee Smith, David Hewlett, Nick Searcy, Margan Kelly, Dru Viergever, Maxine Grossman, Amanda Smith, Cindy Day, Dave Reachill

Música: Alexandre Desplat

Fotografía: Dan Lausten

Género; Fantástico